lunes, 13 de abril de 2009

Stoner cabalga con su ducati por el desierto

No hubo duelo. Al menos no un cuerpo a cuerpo. Stoner cruzó como líder la primera vuelta y acabó la última igual, sacando más de 7 segundos a Rossi. Il Doctore apenas puso nervioso al australiano y se dio por vencido en el Desierto de Qatar. Lorenzo 3º.

Egoístamente queríamos que Stoner tuviera problemas con los neumáticos o sintiera molestias en su escafoides de la mano izquierda, para que se sirviera fría la revancha del 'sacacorchos' a la luz de los focos de Losail. Ni una cosa ni la otra. La Ducati está en otro mundo y cuando se encabrita sólo Casey Stoner la domina. El australiano se ha propuesto corregir los errores que le hicieron perder el Mundial de la temporada pasada. Y por ahora está haciendo los deberes.

La salida de Stoner fue perfecta. Agresiva a más no poder. Tal fue su ritmo de carrera que, en tan sólo dos vueltas, logró bajar los tiempos en los que había quedado la pole. Impresionante la fuerza que demostraba la Ducati roja nº27 con un crecido Stoner sobre ella. Con el semáforo apagado Il Doctore perdía la segunda plaza en la primera curva pero, después, no sólo la recuperó sino que empezó a recortar tiempos al líder de la carrera.

Milésima a milésima, Rossi bajaba la diferencia que Stoner le había metido vuelta tras vuelta. La estrategia del primero era presionar y la del segundo tirar y tirar. Ambos jugaban al ratón y al gato. La pregunta era hasta dónde llegarían los neumáticos de la Ducati y cuánto aguantaría la zurda de Stoner. Cuanto mayor fuera su ritmo en los primeros compases de la carrera menor sería en el tramo final. Y si en ese tramo se tiene al 'loco' italiano detrás, conviene disponer de goma. Por lo que pudiera pasar.

Mientras, otra pelea se ceñía detrás de los dos meteoritos; la que protagonizaba Jorge Lorenzo con cualquiera que se ponía en plaza de podio. Dovizioso confirmaría los buenos 'entrenos' realizados durante el fin de semana y ofrecía resistencia ante un Lorenzo que, una vez le pasó, ya no volvieron a saber de él. Se ancló en tierra de nadie con demasiada distancia para coger a los de adelante y demasiada distancia para preocuparse por los de detrás. Su tercer puesto estaba asegurado. Notable para Lorenzo en su debut con los Bridgestone. Tiene todavía que mejorar.

A falta de 14 vueltas fue cuando Rossi se colocó en la distancia más cercana con Stoner, a menos de dos segundos. Pero a partir de ahí el australiano abrió gas y puso más que tierra de por medio. Parecía jugar con el italiano. Primero tiraba, luego se dejaba. Y justo cuanto más cerca sintió la Yamaha de Rossi apuró su Ducati al máximo para desaparecer. "Ciao, Bambino", parecía decirle en un italiano que sonaba a sorna. Para entonces ya no habría quien le cogiese para acabar imponiéndose en la primera carrera del Mundial.

Pedrosa quiso estar a la altura de las circunstancias con una salida memorable. Se olvidó del dolor de su rodilla para pelear por los puestos de arriba pero hubo alguien que se lo recordó. Sería De Angelis el que envistiera al español por el lazo izquierdo tras una curva pasada. No fue el típico roce sino un golpe tremendamente violento contra la pierna izquierda de Pedrosa, que andaba en la 6ª posición y progresando. Esto le llevó a la novena plaza para acabar la carrera en un meritorio 11º puesto. Resulta increíble que Dani no se fuera al suelo tras el incidente o accidente provocado por De Angelis. Hasta Toni Elías superó a nuestro nº1 en la máxima cilindrada. Una pena.

Todavía más increíble parecía lo que iba a ocurrir pero finalmente no sucedió. Por fin una retransmisión de un evento deportivo LIVE diría "puesto undécimo" y no "puesto decimoprimero", tal y como repite carrera tras carrera el bueno de Lobato en los coches. Pero no fue así. Justo cuando Ernest Riveras, la voz de MotoGP en TVE, lo dijo bien; llegó Marc Martín a pie de pista y metió la pata. Y para colmo: en la web de RTVE no se cortan con 'decimoprimero y decimosegundo'. Las motos y los coches tienen muchas diferencias, pero, tal vez, también muchos parecidos.

Al final la espera obtuvo recompensa y la carrera de 500 cc ofreció emoción y espectáculo.

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