domingo, 19 de abril de 2009

NADAL SE CORONA PRÍNCIPE DE MÓNACO

El Torneo de Monte-Carlo tiene pentacampeón. Una nueva página en la historia que firma el número 1 del mundo tras derrotar a Djokovic en un partido muy disputado de tres sets 6-3, 2-6 y 6-1.

El primer set del partido resultó ser demasiado extraño. No es habitual ver al número 1 del mundo ceder tantos servicios, y tampoco es normal que Djokovic pierda sus respectivos. Pero así fue. Los dos jugadores se mostraron muy inseguros con los saques. Nadal no encontraba los primeros y Djoko, cuando jugaba con segundos, perdía los puntos. Y todo esto deparó un set lleno de breaks y de alternativas. Uno y otro dispusieron de ventaja para ganar el primer set de la final.

Nadal sería el primero en abrir fuego al comenzar el partido con un break a Djokovic. Cuando te enfrentas al manacorí lo haces con cierta resignación, sobre todo si el partido es en tierra, pero si empiezas el partido con desventaja parece imposible batir al gran número 1. Aunque el serbio no dejó que el español tomara demasiada ventaja y, no sólo le devolvió la rotura de servicio, sino que tras anotarse su saque volvió a romper el atascado servicio de Nadal. Después de comenzar 'dormido', el número 3 del mundo empezaba a mostrarse consistente con sus golpes profundos. Nadal quería puntos largos y Djokovic las líneas de la pista.

3-1 para 'Djoko' y servicio para que Nadal se acercara a perder el primer set de todo el Torneo. ¿Posible? la respuesta es no. Todo cambiaría. Rafa se puso las pilas y clavó al serbio en el 3. El resto de juegos serían del español. Algunos con una duración de más de diez minutos y con puntos fantásticos de ambos jugadores. La lentitud de la pista y el día gris restaban potencia a las pelotas. Aunque uno y otro empezaban a mostrar sus mejores golpes. Nadal concentrado y Djokovic rezando en hebréo por la pista.

Es curioso. Cuando Rafa Nadal metía su primer servicio, ganaba el 72% de los puntos; en cambio, con el segundo, tan sólo el 13%. Muy mal el saque de Rafa Nadal.

Con 3-5 en el marcador y servicio para el serbio, este pediría asistencia médica por molestias en su espalda. Un 'masajito' de tres minutos para despistar a Nadal. Aunque no le valdría de mucho porque un nuevo break le daría la primera manga a Rafa Nadal. No ganó el mejor sino el que menos erró.

El tenis está ligado a la palabra espectáculo. Nunca se sabe qué puede pasar. La concentración del jugador siempre es importante y el serbio peca de estar más pendiente de otras cosas que del juego. Siempre agacha la cabeza y acaba desquiciándose. Eso auguraba un trámite para Nadal en el segundo y definitivo set. Nada más lejos de la realidad. El Ave Fénix resucitó.

Todo empezó justo al revés que en el primer set. Ahora fue el serbio quien rompería el primer servicio de Nadal para coger ventaja. Los golpes eran distintos. La confianza del número tres se venía arriba y Nadal parecía estar superado. El repertorio más amplio de Novak le otorgaba ventaja. En los primeros juegos se pudieron ver dejadas y globos firmadas por todo un campeón. Eso, junto a la falta de eficacia del saque de Nadal, haría que el serbio cogiera gran ventaja para volver al partido.

Los rivales relativamente sencillos que Nadal había tenido en anteriores rondas, le beneficiaban por no haber sufrido gran desgaste físico pero, al enfrentarse de repente a uno de los grandes (tras limpiar de un barrido a Murray) le resultaba demasiado incómodo. El español parecía cansado y el serbio, adivinen: ni rastro de sus 'problemas' de espalda. 6-2 para Djokovic.

Y el último y definitivo set empezaría igual que el final del segundo. Superioridad de Djokovic. Pero que nadie se pierda el primer juego del último set cuando Rafa tenía una bola de break en contra. Fantástico punto de Nadal. Increíble la galopada y la precisión del número 1 del mundo que parecía volver por sus fueros. Después de 12 minutos, Nadal se anotaba el juego sufriendo mucho.

Los jugadores como Djokovic son letales cuando todo va bien pero frágiles cuando las cosas se tuercen. Y eso fue lo que sucedió. Con un break muy trabajado de Rafa Nadal, el serbio perdía su saque y los nervios. ¿Todo decidido? Ni mucho menos. Djoko no se rindió y logró una nueva rotura de servicio para volver, de nuevo, al partido. Ninguno de los dos mostraba seguridad con los servicios. Parecían más cómodos restando.

Djokovic tuvo sus opciones. Los campeones se caracterizan por buscarlas y por aprovecharlas. El serbio no pudo y después de resucitar y de ofrecer un gran nivel de tenis bajó los brazos para terminar perdiendo 6-1 el último set ante un Nadal excesivamente irregular pero igualmente ganador.

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