jueves, 9 de abril de 2009

GUARDIOLA I, el Conquistador

La sucesión es oficial. Después de varias regencias capitaneadas por Rijkaard o Van Gaal, Pep Guardiola se coronó ayer como uno de los grandes del fútbol de elite. Aquel Johan Cruyff y aquel 'Dream Team' tienen dignos sucesores.

La clave del partido resultó ser un gesto casi anecdótico: corría el minuto 20 de juego y el Barca ganaba por 2-0, dominando más que de sobra el encuentro. Messi cayó dentro del área y todo el mundo pidió penalty. Todos. Pero Pep Guardiola se volvió loco protestándolo y fue expulsado.

Ese capítulo dice mucho más de lo que aparentemente dice. Un entrenador metido en el partido y en la eliminatoria hasta las trancas; un entrenador que no durmió la nohe anterior pensando en el partido; un entrenador que ha preparado con esmero la eliminatoria. Un entrenador que, pese a ir ganando y dominando al Bayern se vuelve loco ante la caída de su jugador. Toda la tensión, salió en ese momento. Y demostró que Pep Guardiola nos ha cerrado la boca de una vez por todas.

Fui el primero en pronosticar tinieblas donde no las había y fui el primer seducido por los nombres del Bayern. Dije que el Barca caería en cuartos de final de la Champions. Pido perdón porque he pecado.

Si algunos pensábamos que el Barca seguía de líder en la Liga por pura inercia; si algunos pensábamos que el Barca se había colado en la final de la Copa del Rey por dejadez de los rivales y si algunos pensábamos que el Barca había llegado a la eliminatoria de la Liga de Campeones por la suerte de sus sorteos, ha llegado el momento de flagelarnos con el látigo porque: "sí señores, este Barca se ha coronado a lo grande".

Endosar un 4-0 en cuartos de final es tarea complicada; endosar cuatro goles a un equipo alemán que viene de recibir cinco tantos en su último enfrentamiento liguero, es imposible. Pero el F.C. Barcelona es precisamente eso: un equipo imposible.

Es cierto que los alemanes se presentaron en el Camp Nou de una manera diferente, con algunos nombres que se esperaban y que no estuvieronn. Algunos por decisión técnica (Podolski), otros por decisión médica (Lahm) y muchos por decisión propia ya que estuvieron sin estar (Zé Roberto, Schweinsteiger, Toni, V.Bommel...). El míster alemán, Klinsmann planteó un esquema de juego demasiado raro, con un poco habitual 4-1-4-1. Pero, ¿qué más da? El Barca anula a cualquiera y, lo de anoche, fue por méritos propios.

Parecía como si los jugadores del Bayern no hubieran preparado un partido tan serio y tan importante como el disputado ante el Barca. En lugar de presionar la salida del balón de los Xavy o Iniesta les dejaban espacio para pensar y dominar el juego. Tal vez los alemanes decidieron dejarles jugar para ver si aprendían algo de ellos. No me extrañaría que al final del partido les pidieran un autógrafo.

La pólvora que tienen los culés a partir del medio campo es absolutamente letal. Y si no es Etoo, es Henry, y si no es Messi. Y si son los tres resulta que te vas al descanso con un 4-0 que podía haber sido, fácil, 6 ó 7 clarísimos. Como le sucedió al Atlético de Madrid, al Málaga, al Valladolid... Son intratables, insuperables, imbatibles. Porque, además, te acercas al área culé y te enfrentas a Pujol, a Márquez o Alves, que anularon a la perfección a los Ribery y compañía.

Algunos confiábamos en el calendario apretado que tenía el Barcelona por delante: "acusarán el esfuerzo de las tres competiciones". De momento, un partido menos, porque el encuentro de vuelta en Alemania no es, ni tan siquiera, un trámite. Mero papeleo porque superar al Barca este año es misión imposible.

El reinado de Pep Guardiola comienza su andadura. Dios salve al rey... por el bien del fútbol.

Palabra de madridista...

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