Los cuartos de final de la Champions ya están aquí. El bombo nos ha regalado choques de altos vuelos como el Liverpool-Chelsea o el Barca-Bayern. Las espadas están en todo lo alto. ¿Podrán los culés con los alemanes?
Los números del F.C. Barcelona en la primera vuelta de la Liga asombraron a todos los equipos. Cualquier aficionado al fútbol, en cualquier rincón del mundo, sabía que los culés estaban arrasando. No sólo por su puntuación sino por su juego, y sobre todo por un estilo propio que Pep Guardiola había sabido crear con diamantes de la talla de Messi, Etoo, Henry o Iniesta. El Barca asustaba en Europa.
Su fase de clasificación fue relativamente sencilla. Sin rivales de entidad, a los que había que ganar, se metió en octavos de final por méritos propios pero sin pasar ningún examen definitivo ni ninguna 'final' que demostrara en Europa lo que sí estaba demostrando en España. Y en octavos se cruzó con un equipo francés que apenas metió el susto en el cuerpo. Más por las ganas que por otras cosas.
Ahora sí ha llegado la hora de la verdad. El Bayern de Munich será el gran rival del Barca en cuartos de final de la Liga de Campeones; será el examen que los blaugrana precisan sacar adelante con buena nota para consagrarse como el equipo del año. Los alemanes comenzarón el año de manera paupérrima pero han sabido remontar el vuelo. Y de qué manera. El parcial de 12-1 conseguido en octavos de final les hace lo que son: un equipo campeón.
Los de Klinsmann están cerca del liderato en su país tras una espectacular remontada. Muchos de sus jugadores meditan su marcha a la Liga española y querrán tener en el encuentro de cuartos de final un escaparate memorable.Muchos le tienen muchas ganas al Barca. Y no son cualquiera.
La amenaza del F.C. Barcelona es muy peligrosa. Luca Toni y Klose son palabras mayores. La envergadura de ambos y la calidad que atesoran será una preocupación que Guardiola tendrá que saber parar. No importan los números que uno u otro tengan: sólo con ver sus nombres en la espalda de la camiseta del Bayern asusta. Y si es cierto que la lesión del alemán le impedirá jugar, el recambio es peor: Luca Podolski, cuya calidad es inmejorable y su olfato goleador incuestionable.
En cuanto a las bandas, la cosa no mejora. Ribery y Schweinsteiger serán los encargados de hacer llegar el fútbol del equipo alemán allá donde es más peligroso: en el área contraria. Se trata de dos jugadores que desbordan sin complejos y que se saben imprescindibles en el aspecto ofensivo de su equipo. Asumen la responsabilidad y suelen hacer un trabajo secundario que permite el trabajo primario.
Schweinsteiger debería estar en cualquier agenda de cualquier club de fútbol de primera élite. Su capacidad ofensiva no es incompatible con su labor defensiva. Este 'animal' de nacionalidad alemana encara, defiende, regatea y, si puede, consigue goles. Una máquina difícil de parar.
El estilo inconfundible del Barca quiere el balón y necesita controlar los partidos. Ambos equipos querrán hacerlo pero la calidad de los Xavy o de los Iniesta se impondrá en cuanto a control del juego. Pero el Bayern llegará al área y en cada pegada tendrá peligro. Los golpes alemanes acostumbran a ser escasos pero efectivos y la artillería del Bayern está preparada para hacer diana en la meta de Valdés, que no podrá permitirse ningún lujo porque podrá pagarlo claro.
En un partido, mi favorito sería el Barca; pero los alemanes saben mejor que nadie jugar las eliminatorias a doble partido. Si pierden en la ida, tendrán paciencia a la vuelta; si ganan, sabrán manejar el encuentro con inteligencia y precisión. Sin lugar a dudas mi apuesta es a favor del Bayern de Munich, que llegará a la final de la Champions y, por qué no, tendrá sus opciones de ganar. Al tiempo...
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