UNA ORQUESTA BIEN DIRIGIDA

El director del circo mediático que hemos podido ver en los últimos días respecto a la presidencia del Real Madrid ha sido el diario deportivo MARCA. Este medio fue el que destapó el escándalo de la Asamblea del club merengue y el que ha sabido dosificar la información de manera cuasi perfecta. La dimisión de Ramón Calderón sólo se debe a un culpable: Ramón Calderón; pero el diario Marca ha sido quien ha forzado su salida.

Las acusaciones de su portada pusieron 'la mierda' en el ventilador, y tan sólo unos días después se accionó el botón de manera automática. Marca lanzó un órdago con la seguridad y tranquilidad de sus cartas jugadas, pero no menos importante ha sido intuir el comportamiento del hasta entonces presidente del Real Madrid. Marca disponía de toda la información, fotografías incluidas, pero no quiso sacar a la luz todas sus bazas. Esperó pacientemente a que Ramón Calderon se echara él mismo el lazo. Marca sabía que era cuestión de apenas dos días.

El periódico deportivo más leído de nuestro país provocó la rueda de prensa de Ramón Calderón en la que él y su Junta "jurarían por su honor" estar limpios de todo pecado. Esto, sumado a las declaraciones en las que el presidente afirmaba "No pienso dimitir porque marcharse es de cobardes: quien dimite sólo lo hace por dos cosas, o es un cobarde o tiene algo que esconder". Justo en el momento que Ramón Calderón compareció ante los medios escoltado por su Junta para anunciar el despido del 'currito' de turno, para encontrar al chivo expiatorio perfecto, Marca preparaba su jugada final. Ya no había vuelta atrás, la única solución pasaba por la dimisión que esta misma mañana se ha producido de manera definitiva.

La información que manejaba Marca era demasiado grave como para no justificarla con algún tipo de pruebas, y merced a la dosificación de la información en momentos precisos y puntuales ha ido marcando el ritmo de los acontecimientos sin ningún tipo de temor. Los hechos eran los que eran y el callejón no tenía salida.

Se acaba la era de Ramón Calderón; una etapa de transición en la que se han sumado dos títulos de Liga y en las que las cosas se han hecho con más corazón que cabeza. Es cierto que Calderón ha intentado hacer las cosas bien pero para presidir un club como el Real Madrid hace falta muchas más cosas que un ex jugador engominado con aires de grandeza. Confió en quien no debía y el tiempo ha demostrado que ha sido un Presidente no apto para una entidad de tal envergadura. Y Marca, con la información por delante, se lo ha quitado del medio.

A nivel deportivo ocurren ciertas cosas que destapan aquéllo que ocurre en esferas más altas y más poderosas. Una vez más el cuarto poder ha dictado sentencia. Los vigilantes han capturado al caco.